San Lorenzo
Migliore; Martínez (Pintos), Meza, Bottinelli, Voboril; Gómez, Leiva, C. González (Reynoso), Torres; Alfaro (Menseguez) y Bordagaray.
Suplentes: Campagnuolo, Romagnoli, S. González y Romeo.
DT: Sebastián Méndez.
Amonestados: Alfaro.
Huracán
Monzón; Filippetto, Goltz, Domínguez; Machín (Jerez), Esmerado, Peralta, Rodríguez; Toranzo; Franzoia (Balvorín) y Clara (Benegas).
Suplentes: Claviño, Villán, Sánchez y Soplan.
DT: Héctor Rivoira.
Amonestados: Peralta.
Expulsado: Filippetto.
Arbitro: Néstor Pitana.
Todo se potencia en estos casos, y no es para menos. Un clásico genera muchas cosas y más si se trata de San Lorenzo y Huracán. La semana previa no es la misma, la ansiedad tampoco y hasta suele confundirse con una final. Y si no pregúntenle a Filippetto, quien fue esclavo de su propia impericia y dejó al equipo con 10 en un momento clave.
Si se desmenuza la situación se llega a la conclusión que fue un partido chato, aburrido (pese a los tres goles), llámelo triste si quiere. Si bien el que propuso fue San Lorenzo –poco y nada-, el equipo de Rivoira se paró mejor de arranque. Toranzo hilvanó el medio, mientras Clara y Machín entendieron de qué se trataba el juego.
¿Enfrente? Cristian González se hizo fuerte en el círculo y resucitó a Leiva, quien estaba en el limbo. Si hasta Bordagaray y Alfaron se tiraron unos metros atrás para tener contacto con la bocha. Y ya se empezó a notar el llano que había en las espaldas de Domínguez. Lote que arrendó Alejandro Gómez y que sembró con un remate violento al primer palo para el 1-0. Papu para el loro…
Y ahí estaba el Globo, sin rumbo. Perdido en el Bajo sin un capataz. Porque Peralta siguió sin aparecer, Rodríguez flaqueó por la izquierda y Franzoia… Bueno, Franzoia. También pasó que Esmerado soltó el medio y Toranzo quedó solo como el Llanero. Igual, el ex River fue lo mejorcito de Huracán aunque no le alcanzó. Ni siquiera con esa viveza criolla para dejar a Clara solo frente a Migliore, quien tapó el empate. Pero claro, sin patear al arco se hace muy dificil conseguir la paridad, Chulo...
Ojo, no crea que San Lorenzo fue mucho más. Para nada, señor. Porque aunque el marcador dijo una cosa, el juego trasmitió otra muy distinta. Claro que el hecho de tener un poroto en la canasta le brindó mayor tranquilidad. Sobre todo en la defensa que fue lo más destacado del rival.
¿El resto? Ahí… Tranquilos con la situación y más con la infantil expulsión de Filippetto (¿era necesario, Ezequiel?), pero con la cola atrás viendo que pasaba. Ocurrió que ése hombre de menos fue mucho para Huracán. Si hasta Bordagaray (tiene tres goles en el Clausura) puso el 2-0 y la asistencia para el tanto final de Leiva.
Ya está, terminó. Lo importante cuando se produce un golpe como el de hoy es tener las suficientes fuerzas para recomponerse y no quedar mareado. Y más, sabiendo que lo hecho hasta ahora sigue teniendo validez, y mucha. Esos 22 puntos en la tabla continúan ahí. Igual, Chulo, a no relajarse porque todavía falta mucho y este tropezón no se tiene que convertir en caída.